Ryuichi  Yahagi

Otaki y México, historia de la amistad

2019

En septiembre de 1609 (año 14 de la era Keichō) el Galeón San Francisco, al mando de Don Rodrigo, gobernador extraordinario de Filipinas (entonces Virreinato de la Nueva España), navegaba cerca de costas japonesas cuando una tormenta lo hizo encallar con más de 350 tripulantes de los cuales cerca de de 300 lograron llegar a playas de Iwawada, pueblo de Onjuku, antes región de Otaki. En aquel tiempo, Honda Tadatomo, quien estaba al mando del Castillo de Otaki, inmediatamente los invito al Castillo. Después de su recibimiento, llevaron a los tripulantes a Edo y después a Sunpu (actual ciudad de Shizuoka) a entrevistarse con Tokugawa Ieyasu, quien para el año siguiente ordenó la construcción de una nueva embarcación, en la cual regresaron salvos a México. Los aldeanos, enterados del naufragio, atendieron amablemente a Don Rodrigo y su tripulación, y les proporcionaron vestido y alimento. Estos sucesos en el antiguo territorio de Otaki dieron pauta al hermanamiento del ahora pueblo de Otaki con la ciudad de Cuernavaca, México. Aún ahora, después de 400 años, seguimos fuertemente unidos e intercambiando cultura.

Hace algunos años, el presidente de México visitó el poblado de Otaki. Para conmemorar tal ocasión, se construyó un monumento de Amistad. Tiempo después, por el deteriolo y desgaste que sufrió, sin posibilidad de ser rescatado, tuvo que ser destituido. Por esta razón, aquí tenemos un nuevo monumento conmemorativo. En su conjunto, una esfera negra sobre un barco más grande, representa los lazos culturales y de amistad entre la ciudad de Otaki y México. La escultura central evoca al sol y al mar y las esferas negras sobre los tres barcos simbolizan el alma de los mexicanos. Este monumento ha sido relizado conjuntamente entre el escultor mexicano Jorge Ismael y el escultor japonés Ryuichi Yahagi.